«Hay una tragedia de larga data que no aparece en los titulares», alerta la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su último informe ‘Cambiando la marea. Un llamado a la acción colectiva’. Una advertencia que se traduce en más de 2.000 millones de personas que carecen de acceso a agua gestionada de manera segura». (abc.es)
Una anomalía en el norte global, pero que es el día a día en el sur del planeta, aunque Naciones Unidas considera el acceso al agua potable como un derecho humano. A pesar de ello, una cuarta parte de la población convive con agua contaminada por más de 70.000 sustancias que ponen en peligro alimentos y, también, vidas. «Un niño menor de 5 años muere cada 80 segundos por enfermedades relacionadas con el agua contaminada», advierte el informe de la OCDE.
Unicef lo cuantifica en 1.000 menores fallecidos todos los días a causa de esta problemática, mientras que en total, 748 millones de personas en todo el mundo siguen teniendo serios problemas para acceder al agua. «Es necesario dejar de ver esto como un problema local y afrontarlo de forma local», concluye la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
La escasez de agua y la sequía ya no son problemas del continente africano, ni tampoco se restringe a los meses más cálidos del verano. El pasado periodo estival, el Viejo Continente sufrió la peor sequía del último medio siglo y los gobiernos de varios países se preparan para otro verano anómalo ante la escasez de lluvias en los últimos meses. «Hemos cambiado los patrones de lluvia y no hemos logrado preservar los ecosistemas de agua dulce, gestionar la demanda para evitar su uso excesivo, prevenir la contaminación y fomentar el reciclaje», señalan los expertos de la OCDE. «Nos enfrentamos, ahora, a un déficit del 40% en el suministro de agua dulce para 2030».